El mundo en un click: Empezando el año 2007

Empezamos el nuevo año en Toledo, y aunque hacia una mañana muy fría decidimos hacer una pequeña excursión turística por los alrededores para luego terminar en una cafetería todos muy contentos pues todavía nos duraba la juerga de la noche anterior.

Pensamos ir a ver la Ermita del Cristo de la Vega, construida sobre la antigua basílica de Santa Leocadia y sitio de enterramiento de la santa en el siglo IV, es de estilo visigótico. El Cristo de la Vega, como sabréis, tiene el brazo derecho desprendido de la cruz y sus labios entreabiertos pues, según cuenta la leyenda, sirvió de testigo de una joven que había sido abandonada por su novio a pesar de haberse comprometido con ella a los pies del Cristo. La leyenda se titula "A buen juez mejor testigo".

Por la noche nos dimos la vuelta para Talavera y el resto de la familia para Madrid. La fiesta de Reyes nos volvimos a juntar pues nos faltaba disfrutar de tan señalado día y ya empezar el año con nuevas ilusiones.

En el mes de febrero nos fuimos a Madrid a una manifestación organizada en contra de ETA y por la libertad. Fue multitudinaria y muy emotiva, pues coincidió con una época en que España estaba muy sensibilizada con este tema. En el mes de marzo hicimos otra escapada de fin de semana a Madrid y allí visitamos el monumento homenaje a las víctimas del 11-M; es de cristal tiene una altura de 11 metros y un diámetro de 9'5 metros, en el interior hay un espacio en el que figuran grabados los nombres de las víctimas y los mensajes escritos de mucha gente. Era muy emotivo estar ahí dentro. También fuimos a ver el bosque del recuerdo situado en el Parque del Retiro.

En semana santa, como mi hija Pilar estaba haciendo el Camino de Santiago con sus primas, mi nieta Azucena quiso unirse a ellas; así que fuimos a despedirlas a la estación de autobuses, pues se juntaban todas en Madrid y desde ahí se dirigirían a Logroño, lugar que constituía el punto de continuación de la ruta en el que se habían quedado el año anterior. En Talavera mientras tanto, me dediqué a ver las procesiones, en una de las cuales mi nieto Fernando salía tocando con la banda de música. Con las peregrinas nos comunicábamos con el movil y de esta forma nos contaban por los pueblos que iban pasando y el cansancio y dolor de pies que tenían al final de cada jornada, pero también hacían fotos muy bonitas y contaban anécdotas muy interesantes del camino.