El día 30 de diciembre le
tuvimos muy movidito, pues quedamos con mis hijos y nietas que venían de
Toledo a Madrid para pasar el fin de año; nos reunimos todos por la
mañana y fuimos a ver una exposición de un Belén de hielo. La visita del
mismo tenía una duración máxima de veinte minutos, tiempo más que
suficiente para quedarte congelado, pues el recinto está a una
temperatura de 8 grados bajo cero.
On Ice Madrid se trata del mayor nacimiento del mundo esculpido en
hielo, con 150 figuras sobre temas navideños, participaron en su
creación cerca de 60 artistas internacionales recreando el portal de
Belén con la Virgen, San José, el Niño Jesús, la mula, el buey, los
reyes magos, así como pastores, ángeles, un gran árbol navideño, aparte
de innumerables animales. La gran carpa estaba situada bajo la torre
Picasso en Azca. Nos lo pasamos muy bien, nos gustó muchísimo. A pesar
del frío intenso que te dejaba las manos congeladas,hicimos algunas
fotos. Además de éste nos dio tiempo para visitar otros Belenes de la
comunidad de Madrid, todos ellos a cual más bonitos. Después como se
acercaba la hora de comer buscamos un restaurante donde saciar nuestro
apetito y poder descansar un ratito.
Como nos
hizo un día maravilloso, después de comer nos dirigimos al parque del
Retiro donde se encontraba "el árbol de los deseos". Se trataba de una
estructura metálica figurando un pino hueco custodiado por siete
duendes, duendecillos, caracoles gigantes y otros seres mágicos que iban
recibiendo a los visitantes dándonos lápices y globos de colores para
que escribiéramos nuestros deseos en ellos; luego ya en el hueco del
árbol todos los asistentes repetíamos una frase mágica que nos decían
los duendecillos y soltábamos los globos al mismo tiempo, quedando éstos
encerrados dentro del monumental pino transparente. Así, el pino se iba
llenando de innumerables globos multicolores repletos de deseos de paz,
salud, alegría y felicidad que la gente solicitaba para el nuevo año.
El día de Reyes por la tarde tuvo lugar la apertura de la copa del pino y
pudimos contemplar la ascensión al cielo de todos los globos y, con
ellos, nuestros deseos.
Ya por la tarde-noche, como estábamos algo cansados cogimos un autobus
turístico que nos paseó por las calles iluminadas de Madrid hasta
terminar en casa de mi sobrinas y así terminamos el día 30 de diciembre.