El mundo en un click: Mikonos y Éfeso

Mikonos, esta pequeña isla de las Cícladas, situada en el mar Egeo, destaca por la belleza de sus callejuelas, estrechas y serpenteantes, sus casas pintorescas, encaladas, asomadas al mar con sus preciosos balcones de madera, llenos de flores, puertas, escaleras y ventanas pintadas de diferentes colores e incluso las uniones de las piedras de sus calles están pintadas de blanco.

En una plaza se encuentra la catedral y una iglesia. Muy cercanos a éstas, sobre una gran plaza mirador se encuentran los famosos molinos de viento que, junto al Pelícano Petros, son los símbolos de esta maravillosa isla. También tiene preciosas playas de fina arena blanca, de las cuales no disfrutamos dado que teníamos que coger el barco que nos llevaría a Éfeso.

Éfeso, situada a orillas del mar Egeo, es una de las paradas obligadas para visitar su conjunto arqueológico, que nos remomta a su pasado griego y romano. Primeramente fuimos a visitar la Casita de la Virgen, a 9 kilómetros de Éfeso, en el Monte Bülbül (la montaña del Ruiseñor). Jesús encomendó el cuidado de su madre, después de la crucifixión a San Juan, su discípulo predilecto y él se la llevó a Éfeso, donde vivió los últimos años de su vida, retirada del mundo, muriendo a los 63 años. Los restos de la estructura descubierta se han fechado en los siglos VI y VII, sin embargo parte del asentamiento y del carbón encontrado en el sitio datan del siglo I. La capilla actual que fue construida encima de los restos originales tiene aspecto de una pequeña iglesia bizantina. Está declarado lugar de peregrinación, por ella han pasado Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Del pasado arqueológico de Éfeso podemos mencionar el Anfiteatro, el mayor de su época. Tenía una capacidad para 24000 espectadores y se empleaba también para espectáculos circenses. El templo de Artemisa es una de las siete Maravillas del Mundo antiguo y el mayor templo de la antigüedad, con 120 columnas de 20 metros de altura de las que solo sobrevive una y que para nosotras pasó desapecibido, pues había mucha gente y nos despistamos de la guía, perdiéndonos algunas explicciones (el lugar parecía el metro en hora punta, dada la multitud de grupos de turistas que nos concentramos allí). En dicho templo se veneraba a la "Señora de Éfeso" una divinidad de múltiples pechos a la que los griegos identificaron como Artemisa; el templo fue saqueado y quemado por los godos en el año 202. Lo más espectacular de la visita fue la Biblioteca de Celso, un ciudadano romano que la construyó en memoria de su padre, su fachada está todavía en pie y asombra pensar que se haya podido conservar tan bien. Entre las muchas importantes ruinas vimos la Avenida Arcadiana, el monumento a Memnío, el templo de Domiciano, el Ninfeo de Trajano, el templo de Trajano, unas termas y, según nos comento la guía, el anuncio más antiguo que nos mostraba el camino hacia un burdel: una baldosa en el suelo con el dibujo de un pie. Ya para finalizar la excursión visitamos una fábrica de tapices, todos ellos preciosos, donde nos ofrecieron un té.